al cambiar un saludo ceremonioso y frío,
porque nadie sospecha que es falso tu desvío,
ni cuánto amor esconde mi gesto indiferente.
Solo tú y yo sabemos porqué mi boca miente,
relatando la historia de un fugaz amorío;
y tú apenas me escuchas y yo no te sonrío...
y aún nos arde en los labios algún beso reciente.
Solo tú y yo sabemos que existe una simiente
germinando en la sombra de este surco vacío,
porque su flor profunda no se ve, ni se siente.
Y así, las dos orillas, tu corazón y el mío,
pues, aunque las separa la corriente de un río,
por debajo del río se unen secretamente.
José Angel Buesa
aaaw q hermosoo esta este poema :D jajaj q boniitoo en serioo aaw:D sabee q me cae re bien :D att kathie :D
ResponderEliminarMuchas gracias mi querida niña. Ya sabes que yo siempre estoy para ti cuandome me necesites.
ResponderEliminarAtte.
José David Molina Vargas